un muchacho rudo que a veces se come las uñas


DICIEMBRE 2. SABADO. 0940

Como es común llegué temprano al local después de recargarme de amor por unos minutos. Son las 21ºº hrs y el local sigue cerrado. Pasan ya unos cuantos segundos y Felipe se digna a abrir la puerta. Le pregunto si ha llegado alguien y al mismo tiempo pienso en lo idiota de mi pregunta. Me mira con cara inexpresiva y me dice que nadie ha llegado aún. Dejo las cosas arriba en el segundo piso y bajó a llenar mi botella de agua mineral. Me siento algo mareado por el resfrío que tengo desde esta mañana. Salgo del local y me quedo parado allí no sé por cuanto rato. Pasan y pasan los obreros del edificio que están construyendo a pocas cuadras.

Prendo un cigarro tras otro. Alcanzó a contar 4 en menos de media hora. Estoy ansioso. Al estar prendiendo el quinto veo un auto estacionarse. Reconozco al acompañante pero otro vehículo me tapa la visión y no logro distinguir al piloto. Se baja el chico que viaja al lado y al instante baja el piloto. Es Cristian. Había perdido contacto con él hacía meses. La verdad era un conocido con el que en su momento tuve una amistad más fuerte, pero como todas las relaciones unas se van y otras se quedan. De él aprendí varias cosas que no vienen al caso recordar.

Empieza el show de cargar los equipos . Extrañaba esto. Extrañaba cuando puede llegar a pesar un amplificador de guitarra. Bajo y sigo esperando a los chicos. Cuando enciendo el sexto cigarro por fin los veo venir a menos de una cuadra. Rodrigo trae el amplificador en sus brazos, jorge viene más atrás cargando el bajo. Lo acompañan Cristóbal y Pablo. Los extrañaba, en especial a Jorge y Rodrigo con quienes tengo una amistad más fuerte. Subimos las cosas y nos apretamos fuertes al saludarnos. Se notan cansados, pero están en lo que les apasiona y eso no cansa. Bajamos en busca de algo para comer. No podemos conseguir las anheladas papas fritas. En eso llega Pablo. Se nos une y al final decidimos entrar a un local de ¨ comida rápida ¨. Pedimos 6 completos, unos sin vienesas y otros con carne. Empezó la Teletón hace unos minutos y no paramos de bromear mientras vemos la TV. Terminamos de comer y nos vamos al local.

Probamos sonido con 2 canciones, repetimos una dos veces recuerdo. Me recuesto en un sofá que está dentro de un pequeño cuarto frente al improvisado escenario. Sigo preocupado de no querer deshidratarme por el resfrío. Sería lo peor que podría pasar esta noche.

Rechazo un par de cervezas y me avisan que en 5 minutos empezamos. Voy bajando al baño a llenar mi botella, a alongar un poco los músculos y a calentar un poco más mi garganta, cuando me encuentro con personas conocidas, los abrazo y les agradezco el que hayan venido.

Estoy en el baño. Estiro mis piernas y brazos, fuerzo mis dedos, caliento mi garganta con ejercicios aprendido de algún cantante favorito, me miro al espejo y me digo ¨ quiero hacer esto toda mi vida, no nací para otra cosa que no fuera esta ¨. Golpean la puerta del baño y grito con toda mi fuerza que está ocupado. Siento que mi voz está lista para una jornada más. Abro la puerta y hay un par de trogloditas-metaleros esperando. Me miran feo, amenazantes, pero se quedan en eso, en solo mirar. Paso entre ellos, empujo levemente a uno y subo al segundo piso.

Tomo mi guitarra, pruebo el amplificador y me digo ¨ Aquí voy una vez más ¨. Comienzo con una canción en solitario. La guitarra suena bien y la voz la tengo a tono. Al comenzar la segunda invito a los chicos a unirse. Dedico esta para muchos esta noche. Sale bien, Jorge se perdió en algunas partes pero da lo mismo. Nada de esto sería posible sin errores. En la tercera vamos más rápido. Es mi canción favorita hasta ahora. Canto con rabia y despecho y hay segundos en que me sorprendo por el cambio de voz que tengo en esta canción.

Y pasamos a la cuarta y entra Rodrigo en la segunda guitarra. Sale fuerte. Creo que la mejor lograda de la noche. Terminamos esta y suelto la guitarra, solo con el micrófono en la mano espero la quinta canción.

Por fin, después de largos años de espera vuelvo a cantar como todos deberíamos hacerlo en algún momento de nuestra vida. Sin miedos. Sin inhibiciones. Improviso la letra a la rápida. Improviso, como alguna vez le dije a Jessica y espero lo haya aprendido. Terminamos y vamos por la última y en esta nos jugamos la vida. Es un cover. Rápida, fuerte y precisa. Tengo flash de esta última. Me veo empujando a Rodrigo. Me veo parado sobre la batería gritándole a Pablo y él gritándome a mí. Me veo pegándole una patada a Jorge. Me veo cantándole a la cámara de Cristóbal y cantándole a la cara a algún espectador. Me encanta. Me encanta esperar su reacción. Me encanta ponerlos en aprieto.

Terminamos.

Salió todo bien. Mejor de lo que esperaba. Me voy raudo al improvisado camarín. Me sacó la camisa que llevo puesta. Me seco con la toalla y me pongo algo seco encima. No paro de transpirar. Respiro rápido y aún estoy excitado. Guardo todo, tomo mi bolso y salgo del cuarto. Muchos me saludan y me felicitan. Abrazo a los chicos y les agradezco por estar conmigo en esto. Por estar conmigo jugándome la vida por hacer lo que me gusta y por lo que moriría y viviría.

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