Muchos días sin usar esto, tiempo no he tenido así que me disculpo conmigo. LLegamos el martes por la mañana, tipo 8:00 AM, el viaje no estuvo tan incómodo gracias a un par de pastillas para dormir. Ese mismo día a la tarde fuimos donde nuestra amiga Luna a compartir un rato, después llegó Luis y conversamos como queríamos hacerlo hace tiempo. A la noche por fin pudimos ir al Mondo Bizarro a pasar las penas ya que la llegada fue algo sorprendente. El querer algo y obtenerlo a veces te deja un poco en shock. El miercoles nos repetimos el plato Bizarro. El jueves ya mas relajados fuimos a ver a Luna & the lun-a-tics que tocaban en un Club de Swing por Avenida Córdoba. Quedamos sorprendidos por la calidad, el sonido y el ambiente del show. Luna hace un sonido con marcadas raíces negra, mucho hillbilly y mucho boogie. Fue una noche linda, llegó mucha gente y bueno, después terminamos en Bizarro. El calor no nos a afectado mucho, ha estado raro el clima, es una característica de acá. El viernes amanecí con un dolor al oído y garganta feo, he estado con antibióticos desde ayer, espero pase pronto. Ese día a la noche bien tarde fuimos al Hotel Bauen, ubicado en Callao con Corrientes, muy cerquita de donde estamos parando hasta el martes, ya que despues nos iremos a una casa cerquita del Parque Centenario, eso lo contaré mas adelante. El show de Historia del Crimen fue buenisimo, uno de los mejores shows que he ido en mi vida, el local no acompañaba mucho ya que era un subterráneo para no más de 150 personas, hacia un caloir horrible, pero a pesar de todo lo pasamos re bien. Tuvimos la ocasión de conocer a Nixx (organizador del BA STOMP).
Ayer fue el turno de ir al lanzamiento del disco de LOS KAHUNAS, pero eso lo contaré otro día, aún estoy en shock.
Ayer fue el turno de ir al lanzamiento del disco de LOS KAHUNAS, pero eso lo contaré otro día, aún estoy en shock.
De pequeño no era muy rebelde, lo empecé a ser a partir de los 17 años, haciendo lo que yo quería, dándome cuenta que sólo yo podía decidir por mis actos. Pero mi rebeldía no era de gritos, iba en cosas más cotidianas. Para mí no existía algo más rebelde que sentarme a leer a Jorge Teillier un día Lunes afuera de cualquier estación del metro cerca de las 8:30 de la mañana. En ese momento cuando todos van con velocidad a sus trabajos, yo me sentaba a leer y dejaba pasar el día en compañía de Jorge.
